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El culo de Ramón [ESPAÑOL]


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I

 

Conocí a Ramón en una aplicación de citas. Ni bien lo vi me pareció un pibe lindo. Dieciocho años, flaquito y no muy alto. Un metro sesenta, según su perfil. Cuando llegó a casa la primer noche que lo invité me di cuenta de que había mentido, medía un metro cincuenta y cinco como mucho. Yo no solo tenía más del doble de edad que él (yo acababa de cumplir cuarenta), sino que casi le sacaba dos cabezas.
Ramón era un pibe tranquilo, hacía algunos años que se había dado cuenta de que le gustaban los hombres y desde entonces había tenido algunas experiencias, pero nada demasiado raro. Cuando lo conocí, él tenía ganas de ponerse de novio y nadie mejor que un hombre con mas experiencia que él y que además de sacarle dos cabezas se podía considerar algo musculoso. No me mal interpreten, solo iba al gimnasio dos o tres veces por semana y como siempre me cuidé con las comidas, puedo decir que siempre estuve en forma. Pero es verdad que comparado con él se podía decir que yo era un hombre bastante grande. Por aquel entonces le sacaba como veinte kilos, y digo por aquel entonces porque las cosas después de un tiempo empezaron a cambiar.
Esa misma noche descubrí su principal atributo: su culo. Pese a que era flaquito lo tenía redondo y bien formado, una cosa perfecta. Ni bien le saqué la ropa (prácticamente lo violé), pude ver su culo frente a mí. Durante los meses que salimos antes de que se mudara a vivir conmigo me lo cogí sin descanso. Era tan liviano que lo podía levantar y garchármelo contra la pared. Me calentaba la sensación de que podía hacer con él lo que quisiera. Le metía las dedos en el culo, me ponía algo de lubricante y lo cogía hasta que no podía más. Cuando se vino a vivir conmigo yo todavía disfrutaba de cogérmelo cuándo quisiera. Y dado que mi pija era cuatro veces más grande que la suya, no había discusión de quién se cogía a quién. Ramón era un pasivo al que le gustaba que le rompieran el orto.
Después las cosas empezaron a cambiar.
Lo primero fue su culo.Tardé en darme cuenta, pero hubo un momento en que ya no se podía ocultar. Le estaba creciendo el culo. Él también tardó en darse cuenta, pero la ropa empezó a quedarle apretada. Los jeans apenas le cerraban y le marcaban el culo que cada vez era mas grande y que yo cada vez disfrutaba más.
Cuando se acostaba en la cama se sacaba la ropita, se ponía en cuatro y me decía:
—¿Te gusta lo grande que lo tengo?
Se pasaba una mano por ese culo hermoso que yo agarraba con mis manos y después lo alzaba para partirlo al medio. Era la gloria, un putito con un culo de oro todo para mí.
Eso creo que duró un mes, su culo parecía que iba a explotar. Después la cosa empezó a cambiar de color. Desde su hermoso y enorme culo se fue irradiando al resto de su cuerpo una suerte de calor. Ramón transpiraba mucho. Por un momento nos preocupamos, pero la verdad era que se sentía bien y estaba caliente todo el tiempo. No había día que no viniera a franelearme el culo ese hermoso que tenía para que yo lo alzara y le mostrara lo dura que tenía la pija.

—¿Te gusta que te la meta hasta el fondo, putito? —le preguntaba mientras lo iba penetrando.

—Que dura que la tenés... —me decía con los ojos cerrados y la boca abierta.
Después del calor empezó a pasar que el resto de su cuerpo se empezó a inflar. Lo primero que noté fueron sus piernas. Sus muslos crecieron para dejar de ser esas patas de pollo por las que yo siempre lo cargaba. Unos muslos grandes y bien formados empezaron a crecer debajo de ese culo maravilloso que tenía. Y no me entiendan mal, esas piernas no tenían nada de grasa: se llenaron de músculos. Unos músculos enormes, duros y marcados. Parecía esos ciclistas que tienen unas piernas caballos y un cuerpo de escoba. Le crecieron unos muslos musculosos. Le pregunté si estaba haciendo algún deporte a lo que me dijo:
—El único deporte que hago es cuando me montás, papi.
Ahí mismo le sacaba la ropa y lo violaba de nuevo. No tardé en darme cuenta de que sus piernas musculosas le agregaron varios kilos a su cuerpo. Se llenaron de pelos y se volvieron cada vez más grandes, mucho mas grande que mis piernas. Parecían esas piernas de los jugadores de rugby, enormes, duras y peludas. Eso sí, su pijita seguía siendo diminuta. Pero cada noche que me pedía que me lo cogiera yo primero disfrutaba de sus piernas, las besaba, las tocaba y las apretaba. Eran unas piernas impresionantes.
—¿Te gustan mis piernas musculosas? Apretalas, mirá lo fuerte que están —me decía él antes de que lo violase.
Después empezó a pasar que su panza se llenó de abdominales. Primero fueron solo cuatro, pero no tardaron en volverse seis y luego ocho. Antes de apretar sus inmensos muslos musculosos (y fuertes) disfrutaba lamiendo sus abdominales. Después llegó el turno de su pecho y ahí la cosa fue otra.
Su espalda se ensanchó en una semana, fue como si de pronto le salieran alas. Las remeras le dejaron de entrar y entonces su pecho comenzó a inflarse. Cada mañana era un poco más grande que el dia anterior. Yo me despertaba primero y podía ver que sus piernas estaban más gruesas y marcadas, llenas de músculos, su culo enorme, perfecto, redondo y duro, sus abdominales todos tallados, su espalda cada vez más ancha y unos pectorales que no tardaron en ser mas grandes que los mios. Entonces comenzaron a inflarse sus brazos. Fue algo impresionante, en una semana se había vuelto uno de esos adolescentes cubiertos de músculos brillantes y perfectos. Tenía un aspecto fuerte y suave a la vez. Le salieron unos hombros redondos y perfectos y unos bíceps y tríceps gigantes. Mucho mas grandes que los míos. Todavía seguía midiendo apenas un metro cincuenta y cinco, pero ya era mucho más musculoso que yo.
Por ese entonces me di cuenta de que no solo era más musculoso, sino mucho más fuerte.
Desde siempre, antes de que me lo cogiera habíamos jugado a pelear. Era un juego porque yo por aquel entonces era muchísimo mas fuerte que él. Con una mano podía apretarlo contra la cama mientras lo penetraba y le mostraba quién era el hombre de los dos. Pero cuando su cuerpo se infló todo la cosa se volvió otra. Yo me daba cuenta de que se estaba dejando ganar, pero que no estaba peleando realmente. Hasta que un día, cuando lo tenía acostado boca abajo y yo estaba arriba a punto de penetrarlo, le dije:
—¿Qué pasa, putito, todos esos músculos son solo de adorno?
Ni bien le dije eso sentí como su cuerpo se tensaba todo y sus músculos adquirían otra densidad. Se empujó de la cama sin esfuerzo conmigo arriba y aunque yo lo intenté detener ni siquiera logré frenarlo. Con un movimiento rápido se dio vuelta y yo sentí como mi cuerpo se levantaba. Me alzó como si fuera un bebe. Podía sentir sus músculos gigantes sosteniéndome. Yo todavía le sacaba dos cabezas, pero él ya era mucho mas fuerte que yo.
—¿Querés que te muestre quien es mas fuerte, viejo puto? —me preguntó y empezó a levantarme sobre su cabeza.
Yo parecía no pesarle nada, me subía y bajaba sin problema. Incluso conmigo arriba se acercó al espejo de pie y pude ver lo que pasaba. Su cuerpito se había vuelto una montaña enana de músculos. Parecía un fisiculturista en miniatura.
—Ja, mirá lo fuerte que soy, putito. ¿Qué pasa? ¿Sorprendido del tamaño de mis músculos? Ja, estoy enorme. Mirá el pecho que tengo. Mira mis tubos, estoy re fuerte.
Hizo como cien y me dejó en el piso. Delante mio flexionó sus dos brazos y dijo:
—Sacate las ganas, viejo puto.
Adoré su cuerpo como si fuera de oro y después se dio vuelta para que lo cogiera. Su culo era el culo más grande, duro y musculoso que hubiera visto.
Ramón se había vuelto un adolescente todo musculoso, duro y marcado. Tuvimos que comprarle ropa xxl que le quedaba larga, pero le apretaba en el pecho inmenso y duro que tenía.
Cada mañana que me despertaba no podía creer al hombre que tenía a mi lado. Su cuerpo estaba todo duro y marcado, parecía tallado en piedra. A veces flexionaba un brazo y me decía:
—Apretá, viejito.
Yo hacía toda la fuerza que podía sin siquiera lograr hundir un dedo.
—Parece que soy demasiado fuerte.
En esa época sucedieron dos cosas.
Primero empezó a ir al gimnasio. Cuando llegaba a casa se sacaba la ropa y yo no podía evitar lanzarme sobre él para tocar todos sus músculos duros y aumentados. Era algo impresionante.
—Mirá lo duro que me puse hoy, viejo puto —me decía—. ¿Te gusta mi cuerpo musculoso? Mirá el tamaño de mi pecho.
Y segundo su pija empezó a crecer. Me di cuenta porque mientras me lo cogía podía ver su pija parada cada vez más grande. En un mes su cuerpo adquirió un tamaño y una dureza descomunal. Su espalda era tan grande que no pasaba por las puertas, sus brazos eran del tamaño de mi piernas y su pija creció tanto que se volvió el doble de gruesa que la mia y el doble de larga.
—¿Te gusta mi poronga aumentada, viejito? Mirá lo grande que me puse para vos. Sacate las ganas con este cuerpo de macho.
Yo me volvía loco, su cuerpo estaba todo duro y su pija se había vuelto un cañón entre sus piernas musculosas.
Siempre que Ramón quería coger yo no tenía alternativa. Con solo sacarse la remera y mostrarme el tamaño de sus músculos o bajarse el pantalón para mostrarme su culo enorme y sus piernas todas llenas de músculos peludos ya lograba que a mí se me parara. Eso pasaba siempre que llegaba del gimnasio. Se sacaba la ropa ni bien cerraba la puerta y para cuando llegaba a la cocina donde estaba yo, él ya tenía su enorme pija parada, sus músculos todos aumentados y se agarraba la pija con una mano mientras con la otra se tocaba el cuerpo y decía:
—Mirá el macho que te vas a coger hoy.
Un fin de semana de esos sucedió que Ramón se despertó tan caliente que no importó cuánto lo cogiera, ni bien yo acababa él se ponía a flexionar su brazos frente al espejo o se ponía a hacer flexiones de brazos para inflarse el pecho y al terminar se paraba junto a la cama todo duro y musculoso, cubierto de leche y me decía:
—Dale, viejo puto, ¿qué pasa? ¿estás cansado? Mirá el macho en que me convertí, sacate las ganas, tocame todo.
Lo hicimos once veces seguidas y yo me desmayé. Dormí todo el día entero hasta el siguiente. Cuando me desperté estaba solo en el cuarto. Tenía hambre y sentía que me habían exprimido hasta la ultima gota de semen.
Salí del cuarto y escuché la ducha. Abrí la puerta del baño y entré. Cuando corrí la cortina me quedé duro.
Ramón se había inflado todavía más y no solo eso: había crecido hasta sacarme una cabeza.
—Ey, ¿qué hacés, viejito? ¿Sorprendido? —dijo y flexionó todo su cuerpo inmenso—. Al final pegué el estirón. O quizás fue de tanto que me cogiste que me hiciste crecer. Mirá lo grande que estoy. Ja, estoy enorme.
Salió desnudo de la bañera todo mojado y se acercó hasta apretarme contra la puerta. Su pija se había vuelto mucho mas grande, era cuatro veces el tamaño de mi pija. Larga y ancha, mas ancha que mi brazo me apretaba el pecho con fuerza. Su pecho había crecido hasta volverse dos almohadas de piedra gigante que sobresalían como tetas. Sus hombros eran mas grandes que mi cabeza, su espalda era tan ancha como mi cama y sus piernas eran tan grandes que cada una era mas grande que las dos mias juntas. Su culo era de otra dimensión.
—¿Qué te parece, putito? —dijo y flexionó un brazo frente a mi cara—. Parece que estoy un poco más grande. ¿Qué decis? ¿Te gusta el lomo que tengo? Mirá lo grande que estoy. Soy una bestia. Mirate la pija esta que tengo ahí. Me volví un semental. ¿Por qué no me la chupás un poco?
Me agarró la cabeza con una mano y me apretó contra su pija gigante. Abrí la boca pero era tan grande que no podía tragarla.
—¿Qué pasa, viejito? Ja ¿Me volví demasiado grande para vos? Mirá lo duro que estoy, todo musculoso y fuerte. Tocame el pecho con tus manitos, sentí lo fuerte que soy. Si, así, tócame todo, sacate las ganas. Mirá el hombre que tenés enfrente. Estoy hecho un toro. No sabés la fuerza que tengo, me volví un semental.
Y ni bien dijo eso acabé de nuevo lo que me quedaba en mis huevos ya exprimidos de la noche anterior de haber cogido hasta el desmayo ese musculoso culo de Ramón.

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  • 4 weeks later...

II

Ramón no solo siguió creciendo en altura, sino que sus músculos adquirieron un tamaño increible. Todas las mañanas me despertaba junto a un hombre inmenso a mi lado, que dormía despatarrado con todos sus músculos empujando por crecer. Ver su cuerpo desnudo dormir era algo que me dejaba sin aliento. Hasta que despertaba (Ramón dormía hasta las once de la mañana sin que nada lo molestara) yo me sacaba las ganas de tocar todo su cuerpo, de lamer sus increibles pectorales duros y gigantes que parecían expandirse en sus pecho como almohadas. Nunca había visto un hombre con un pecho tan bien desarrollado, emanaba una sensación de fuerza y masculinidad que me quitaba el aliento. Después pasaba a tocar sus hombros redondos y duros como piedras, llenos de tendones marcados y poderosos. Parecía tener puesta una armadura tan solo por el tamaño que tenía y lo duros que estaban. Después de eso pasaba a tocar sus increibles brazos musculosos. Biceps gigantes, duros y marcados tan solo superados por los imposibles triceps al otro lado que hacían de sus brazos dos esculturas de fuerza.
Después de eso pasaba a acariciar su inmensa pija.
Una pija que hacía pensar en edificios, misiles, cosas enormes y duras. Desde las siete de la mañana hasta las once, la pija de Ramón se elevaba hasta adquirir una densidad tan impresionante que no podía apretarla ni aunque apretara con mis dos manos. Generalmente Ramón se despertaba tan solo de lo dura que tenía la pija.
—¿Te sacaste las ganas de tocar mi cuerpo musculoso? —decía mientras se estiraba en la cama y flexionaba sus brazos y musculos—. Me siento enorme —decía mientras veía sus musculos duros crecer a medida que movía el cuerpo. Después se agarraba la pija enorme y decía—. La tengo re dura, mirá el tamaño que tengo. Estoy hecho una bestia.
Se la acariciaba mientras yo se la besaba desde la punta hasta la base de los huevos enormes.
—¿Te gusta mi poronga? ¿Te gusta lo grande que la tengo, viejito?
—Me encanta.
—¿Qué se siente tener un macho todo musculoso en tu cama, desnudo y con la pija gigante?
—Tu cuerpo es increible.
—Si, lo sé, estoy enorme. Mirá los músculos que tengo...
Después se arrodillaba sacándome tres cabezas y flexionaba los brazos para viera su cuerpo todo duro e inflado. Se daba vuelta y me mostraba su gigantezco culo. Duro como una piedra y grande como dos pelotas de futbol.
—Sacate las ganas, dale viejito, cojete a este macho. Cojete a este hombre musculoso.
Yo no esperaba que me lo dijera dos veces. Me lanzaba contra su cuerpo enorme y duro y lo penetraba sin esfuerzo. Ahi podía ver su espalda enorme frente a mi tan grande como un arbol, toda dura y ancha. Crecía como una pared de la que yo me agarraba para no caer mientras lo penetraba. Ramón mientras se masajeaba el cuerpo, se tocaba la pija gigante y se miraba al espejo mientras yo me lo cogía.
—Jaja, mirá el tamaño que tengo, apuesto a que nunca viste a un hombre tan musculoso. Soy una bestia, ja, mirá el tamaño de mi pecho, uf, estoy enorme. Amo ser tan grande. Mirá estos brazos, mirá lo enormes que son. Soy un dios, uf estoy gigante. Siento mi cuerpo super cargado de fuerza. Voy a llenar de leche todo, boludo, mirá lo zarpada que es mi pija. Agarrate de mi cuerpo, viejito.
Con su culo me apretaba la pija y se ponía de pie sosteniendome. Antes de acabar se iba al baño con una pisadas que hacían temblar el departamento mientras yo colgaba de él. Corría la cortina de la bañera y se golpeaba el pecho mientras acababa de un mar de leche que llenaba mi bañera.
—jaja, tenía un poco de leche.
Yo seguía pegado a su culo sin poder acabar. Su cuerpo era tan impresionante que me calentaba y me inhibia a la vez. Sentía que no podía acabar.
—¿Te falta mucho ahí, viejito? Porque este hombre se tiene que ir a entrenar. 
Me bajaba y quedaba tan solo a la altura de sus huevos.
—No te sientas mal, viejito. Ya vas a poder acabar como un hombre. Quizás no como este hombre, pero ya te va a salir algo de esa pijita.
Y después se iba y me dejaba caliente y con ganas de llorar.

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Ramon se ha convertido en una bestia y sabe lo que quiere y loq nesecita,

Me encanta.

Gracias por este regalito navideño.

Justo el dia de ayer estaba releyendo una d tus viejas historias q es de mis favoritas.

Little Diego y Big Bruno. 

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