Jump to content

Las pastillas de Yoda


dangerdanger

Recommended Posts

I

 

Una tarde después de darle vueltas al asunto decidí preguntarme a Iván sobré qué tomaba él. Ivan había entrado en la empresa en que yo trabajaba unos años después que yo y como era amigo de uno de mis amigos no tardé en conocerlo. Lo que me llamó la atención fue el tamaño descomunual de sus brazos. Sus antebrazos eran mas grandes mi biceps y sus hombros se marcaban debajo de la remera. Su espalda estaba llena de músculos y se notaba que tenía una fuerza enorme. Nunca hablamos demasiado sobre temas de gimnasio hasta que me decidí y le mandé un mensaje por skype. Me pasó la información de su nutricionista y me dijo que varios galanes de la televisión iban a verlo. Agendé una cita y fui aterrado sin saber donde me estaba metiendo.
En la sala de espera me atendió un tipo que parecía patovica. En las paredes había cuadros ridiculos de hombres musculososo en la playa o en el mar. Me senté junto a un pibe que debía tener diez años menos que yo pero que tenía unos brazos el doble de grandes y unas piernas peludas, largas y fibrosas que me costó no mirar. Entró primero que yo y pude escuchar a traves de la pared que el doctor, se llamaba Yamel, lo felicitaba por haber aumentado la masa muscular. Incluso llegó a resaltar que sus piernas habían crecido mucho.
Cuando fue mi turno me encontré con un viejo del tamaño de Yoda. No sonreía y su expresión era tranquila como la de un sapo. Detrás de su escritorio había una biblioteca llena de fotos de fisiculturístas y hombres musculosos. Me preguntó por qué había ido a la consulta y le dije que quería mejorar en el entrenamiento. Sin más respondió:
—Querés crecer.
—Sí —dije y no pude evitar una sonrisa.
Me tomó todas las medidas posibles y me dijo que dada mi contextura, podía llegar hasta los noventa kilos. Eso me pareció una locura. Yo estaba pesando poco más de setenta y tenía un poco de grasa. O al menos a mi me parecía poca, dado que para él yo estaba gordo. Eso me causó gracia.
Me dio la receta me dijo que eran 60 cápsulas para tomar durante un mes, una con el desayuno y otra por la tarde. Después de ese mes tenía que tomar un remedio para que no me crecieran las tetas como a las mujeres. Eso me dio mucho más miedo del que tenía antes. Me dio tambien una dieta que debía seguir 6 dias de forma estricta y con un día libre. La dieta no era nada del otro mundo, yo mas o menos comía eso sin problema. Me dijo que me estaba dando un anabolisante y un quemador de grasa para los rollos.

Esa misma tarde fui a la farmacia y le di la receta para que mandaran al laboratorio a hacer las pastillas. Las recogí a los pocos días y ese mismo viernas empecé a tomarlas. No pude evitar sentir cierta euforia y aunque no solía hacerlo decidí entrenar el sábado. No sentí diferencia, pero tampoco esperaba que fueran mágicas. Ivan me había dicho que tardaría dos semanas en hacer efecto. Sin embargo al tercer día sentía que había perdido algo de la grasa acumulada en la panza. El lunes fui a entrenar y yo mismo me sorprendí de la fuerza que tenía. Levanté un 20% más que mi máximo histórico y eso que no había ganado ni siquiera un kilo de nada. Sentía simplemente fuerza y ganas de levantar cosas. Al día siguiente me levanté con mucha energía y fui al gimnasio. Había decidido intentar ir la mayor cantidad de días posibles. Ese día sucedió lo mismo. La fuerza de mi cuerpo era irreal, nunca había levantado tanto peso. Ahora podía entender a esos flacos enormes que levantaban pesos absurdos. La fuerza de mi cuerpo era irreal. Esa misma tarde me saqué la remera y pude fue como mis músculos se habían inflado y ganado definición. Mi pecho estaba mucho más grande y mis hombros mas redondos. Mis brazos estaban todos duros y me costaba moverlos y sentía la espalda mucho más ancha. El reflejo de mi cuerpo y la fuerza que estaba sintiendo en el cuerpo me parecieron irreales. Solo habían pasado 5 dias, le mandé un mensaje a Ivan.

—Boludo, esta es la posta. Lo que me dio Yoda me dio muchísima fuerza.
—Y no sabés lo que te espera... —me dijo Ivan—, en dos semanas vas a ser otra persona.
—¡Es una locura! Ahora entiendo a esos chabones que levantaban pesos imposibles.
—Es genial, vas a ver que va a ir en aumento y vas a sentir que las pesas se vuelven más livianas. Cuando hice mi primer ciclo me volví loco de la fuerza que de pronto tenía. Después se estabiliza y te acostumbras. Pero vas a volverte mucho mas fuerte que cualquier flaco que no tome pastis.
—Boludo, es zarpada la diferencia.

En el gimnasio era el que más levantaba. Incluso el entrenador me dijo que estaba levantando mucho peso y que estaba entrenando muy bien. Yo sentía que recién estaba empezando y que todavía me quedaba muchísima más fuerza por ganar. Pero al mismo tiempo sentía mi cuerpo liviano como si hubiera bajado de peso.
Antes de ir al gimnasio las manos me temblaban; sentía que tenía que ir si o si a levantar pesas y hacer fuerza.
De todos modos me daba cuenta de que recién estaba empezando. A los pocos días empezaron a aparecer los músculos. ¡Y que músculos!

  • Like 9
Link to comment
Share on other sites

II

 

 

Lo primero que me creció fueron los pectorales. La fuerza de mi pecho se duplicó y de un dia para otro empecé a levantar mucho más. Lo mismo pasó con mis hombros y mi espalda y en dos semanas ya mi cuerpo había cambiado para tomar una forma en V. Mi cintura se fue achicando y todo mis músculos empezaron a asomar cada vez más grandes. Cuando habían pasado tres semanas yo ya estaba concentrado en crecer y crecer y crecer lo más que pudiera. Ahi me contactó Ivan. Hacía tiempo que no lo veía. Me dijo de vernos para ver mi avance. Yo vivía con Mat, pero él se había ido de unas largas vacaciones por lo que todavía me quedaban unos meses viviendo solo. Mat era un amigo mio de la primaria, él era heterosexual pero no tenía ningún problema en vivir conmigo. Así fue como esa noche le dije a Ivan que viniera a casa.

Antes de que llegara me puse a hacer flexiones de brazos. Cuando sonó el timbre me miré en el espejo; tenía el pecho enorme. Abrí la puerta y me encontré con una pared. No estaba preparado para lo que vi. Ivan había crecido, pero no un poco, me sacaba casi dos cabezas. Y no solo eso, su cuerpo se había transformado en una montaña de músculos. Yo recordaba que él era grande, pero nada parecido a lo que encontré.

Me sonrió desde su enorme altura y se agachó para entrar en mi casa. Incluso tuvo que girar un poco los brazos. Eran dos enormes brazos cubiertos de músculos inmensos. Me quedé parado a centímetros de su pecho gigante. Sin pensar en lo que hacía apoyé ambas manos sobre sus pectorales.

—Boludo, estás enorme.
—Vine a ver como habías crecido, pero ahora me doy cuenta de que no creciste mucho —dijo riéndose.
—Chabon, sos una bestia —dije mientras tocaba cada músculo gigante de su cuerpo.
—Te dije que el viejo sabía lo que hacía —dijo mientras flexionaba uno de sus brazos enormes.
Estaba duro como la piedra y redondo como una pelota de futbol. Mi cuerpo comparado al suyo era apenas el de un principiante junto a un gigante profesional cubierto de músculos.
—Boludo, es irreal el tamaño de tu cuerpo. Sos una bestia. Mirá el tamaño de tu pecho —dije mientra se lo tocaba con dos manos.
Se sacó la remera y pude ver lo que había debajo. Era un cuerpo perfecto tallado en piedra, brillante y dorado.
—Estoy un poco grande creo...
—Sos un animal.
Se sacó el resto de la ropa y quedó en calzones. Sus piernas eran dos columnas cubiertas de cuerdas y músculos.
—Sacate la ropa —me dijo.
Le hice caso. Todo lo grande que sentía que me había vuelto simplemente desapareció junto al tamaño imposible de su cuerpo. Sus músculos eran cinco o seis veces mas grandes que lo mios, tenían mucha mas definición y estaban muchísimo mas duros. Solo podía imaginar la fuerza que debía tener.
—Todavía no se te fue la grasa —dijo agarrándose el rollo que derepente parecía un rollo enorme—. Estás medio gordito.
—Jaja, hijo de puta —dije y lo intenté empujar.
Ni siquiera pude moverlo.
—Vamos a ver lo fuerte que te pusiste —dijo y me agarró las manos—. Dale, hacé fuerza.
Pero yo estaba haciendo toda la fuerza que podía.
—¿A eso le llamás hacer fuerza? —dijo él sin mosquearse—. En serio chabón, sos una mosca. No podés ni moverme un brazo. Te voy a mostrar la fuerza de un hombre.
Me levantó y me llevó hasta el cuarto. Me tiró a la cama y se subió de rodillas sobre el colchón.
—Intentá tirarme —dijo y puso sus manos detrás de su espalda.
Me tiré contra él con todo el cuerpo pero fue como rebotar contra una pared. Apoyé mis manos sobre sus pectorales y empujé con todo lo que tenía. Sus pectorales estaban enormes y duros como piedras.
—Jaja, no podés ni moverme. Me había olvidado lo fuerte que me había vuelto —dijo y flexionó ambos brazos.
Sus musculos enormes se inflaron todavía más delante de mis ojos.
—Soy una bestia —dijo y me levantó y me tiró sobre la cama—. Jaja, todavía sos un flacucho, chabon. No podés conmigo. Soy mucho más hombre que vos. Mirá el tamaño de mi cuerpo —dijo y me levantó con ambas manos—. Jaja, no pesás nada —dijo mientras hacía flexiones con mi cuerpo—. Tu cuerpito me sirve para calentar mis brazos musculosos. Mirá lo grande que soy y la definición que tengo. Vení mas cerca —dijo mientras me abrazaba y me apretaba entre sus pectorales—. Jaja, te queda mucho para crecer, enano. Todavía no podés hacerme frente, soy mucho más grande y fuerte que vos. Soy demasiado hombre. Me había olvidado todo lo que había crecido, ahora me doy cuenta de que estoy gigante. Pero dale, intentalo en serio, intentá moverme. Dale, empujá con fuerza. ¿Que pasa? ¿Estoy demasiado grande? ¿Soy demasiado fuerte? Dale, empujá. Jaja, no podés ni moverme un centímetro. ¿Que es eso? —dijo señalando mi pija debajo del calzón—. ¿Se te paró la pijita? Vamos a verla —dijo y me arrancó el calzón.
Ivan se había vuelto demasiado fuerte. Podía hacer conmigo lo que quisiera.
—¿A eso llamás pija? —dijo y se arregló el calzón.
Por el tamaño enorme de sus músculos no había visto la anaconda que tenía debajo del calzón creciendo. Se lo bajó y se paró con un mastil.
—A esto llamo una pija en serio de hombre —dijo riéndose—. Viene con el paquete de macho. Boludo, mirame, miré el semental en que me convertí.
—Boludo, la tenés enorme...
—¿Te da miedo, enano? No podés defenderte con el cuerpo que tengo. Soy demasiado fuerte.
Me acerqué para tocar su enorme pecho. Era todavía mas grande de cuando había entrado.
—Que puto que sos, mirá como tocás el pecho de un hombre en serio. Soy un toro. Estoy re fuerte.
Me levantó y puso la cabeza de su pija gigante en mi culo.
—Boludo, pará, me vas a matar, estás enorme. Sos un caballo. En serio, estás muy dotado, pará. No lo hagas. Sos demasiado grande.
—Soy mucho mas grande de lo que crees —me dijo riéndose.
Se puso de pie y se paró junto al espejo. Pude ver el reflejo mientras me sostenía. Su cuerpo parecía haberse duplicado en tamaño. Todos sus músculos brillaban y se marcaban perfectos.
—Dios mio, Ivan, sos un dios.
—Soy una bestia musculosa —dijo mirando su propio cuerpo—. Mirá el lomo que tengo. Sos un fideo al lado de mi torso. ¿A eso le llamás crecer? Crecer es esto, es tener la pija más grande del mundo y los musculos inmensos.
Me empezó a penetrar despacio meintras sentía que mi culo era abierto por un puño gigante.
—Boludo, despacio, sos gigante, en serio. La tenés demasiado grande. Me vas a matar.
—Jaja, no te metí ni la cabeza, flacucho. Te voy a matar de lo grande que estoy. Te voy a mostrar lo que es un verdadero hombre.
Y me violó hasta que perdí la conciencia.

  • Like 7
  • Thanks 1
Link to comment
Share on other sites

Join the conversation

You can post now and register later. If you have an account, sign in now to post with your account.

Guest
Reply to this topic...

×   Pasted as rich text.   Paste as plain text instead

  Only 75 emoji are allowed.

×   Your link has been automatically embedded.   Display as a link instead

×   Your previous content has been restored.   Clear editor

×   You cannot paste images directly. Upload or insert images from URL.

×
×
  • Create New...

Important Information

By using this site, you agree to our Guidelines, Terms of Use, & Privacy Policy.
We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue..