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Leyenda


Atrey

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-No se lo van a creer- pensó Samuel mientras llenaba una botella de agua-, ya necesito salir al campo y demostrarles lo que puedo hacer ahora.

 

Terminó de llenar la botella y la metió en su mochila. Ya estaba lista, llevaba una toalla, el cargador de su celular, una camiseta y algunas pocas cosas más. Ese día era uno que Samuel llevaba esperando todo el mes y ya no podía aguantar más. Aun faltaban cerca de dos horas para la cita, pero ya estaba completamente listo y podría haber salido a la cancha ya mismo.

 

A Samuel siempre le había gustado el futbol. Iba al estadio a ver a su equipo cada que podía, pero su verdadera pasión era jugar. Desde niño cuando jugaba en el barrio, hasta la universidad en que había intentado varias veces entrar al equipo de su facultad sin mucho éxito. Podía decirse que su nivel era decente para jugar con sus amigos, pero no podía compararse con los otros chicos que integraban el equipo. Cuando cumplió 18 años se dio cuenta que sus sueños eran difíciles de cumplir, era de escasa estatura y más bien regordete. Aunque tenia piernas fuertes, su corta extensión hacia que no fuera muy rápido en el campo, podía tirar con fuerza, pero su físico conspiraba para no llegar al siguiente nivel. Al menos así había sido hasta un mes atrás.

 

-Aun tengo horas- pensó Samuel. Vivía muy cerca de la facultad, así que aun tenía mucho tiempo para quemar- quizá aun tenga algo de tiempo para una sesión extra.

 

Se puso frente al espejo y admiró su cuerpo. Llevaba un jersey nuevo de su equipo favorito, era lo suficientemente ceñido para que su cuerpo se insinuara través de la tela, podía ver su pecho marcado, más abajo el espacio donde antes había tenido panza y ahora sabía que se escondía debajo de la tela seis abdominales bien marcados. Flexionó el brazo y vio su bicep reaccionar y llenar el espacio que le dejaba la manga. Sus piernas se veían más fuertes que nunca, traía unos shorts cortos que dejaban ver sus muslos bien marcados y sus pantorrillas duras. Sabía que ya tenía un físico que cualquier muchacho de su edad envidiaría y no podía esperar para ponerlo a prueba. Estaba en una mejor condición física que cualquiera del equipo, seguro en cuanto empezara la temporada podría él solo llevar al equipo a ganar cualquier partido.

 

Quizá debería dar una demostración aun mayor, había parado con el tratamiento cuando pensó que sería suficiente para ser el mejor del equipo, pero no veía por qué tenía que detenerse ahí. Se imaginó jugando profesionalmente y quizá incursionando a otros deportes también.

 

-Un par de pastillas más seguro harán que llegué al siguiente nivel- pensó. Tomó el bote de cápsulas que tenía en el gabinete en el baño y se tomó dos más.

 

De inmediato comenzó a ver el cambio. Vio como su pecho se inflaba y marcaba más, sus brazos crecían hasta ya no necesitar flexionarlos para que abarcaran todo el espacio que dejaba la manga. Sus piernas se engrosaron y sintió por dentro como su cuerpo se alargaba. Medía 1.80 metros esa mañana, pero quizá con esas dos pastillas había crecido cinco centímetros más. Incluso su rostro, ya atractivo, se perfiló más, se vio al espejo y se maravilló del semental de piel morena que lo veía de reflejo.

 

Finalmente a quién le importaba el equipo de su facultad, alguien como él debía estar ganando millones en un equipo de primera. Se levantó la camisa y vio como comenzaban a marcarse otros dos abdominales en su estómago. Quizá una o dos pastillas más harían que se terminaran de asomar. Las tomó esta vez con el jersey levantado para ver cómo se realizaba el cambio. Los abdominales inferiores se marcaron hasta ponerse al parejo con los otros seis, sus oblicuos hacían un conjunto con ellos que se veía imposible de lograr por cualquier modelo de fitness. Los flexionó y estos reaccionaron aun más, podía ver en ellos la forma perfecta del músculo. Levantó la mirada y vio sus hombros aun más gruesos, sus deltoides resaltaban del jersey y sus biceps y triceps luchaban por hacerse espacio en la tela que ya se quedaba corta. Sus piernas apenas cabían en sus shorts, notó con entusiasmo como se notaba un bulto en medio de sus piernas, la noche anterior había medido 20 centímetros, ahora seguramente mediría más.

 

Aun quería más. Samuel pensaba en los comentarios de sus amigos, en lo poderoso que su cuerpo era y en todas las proezas físicas que su ahora enorme cuerpo de 1.90 metros podría lograr. Vio el reloj y notó que aun tenía hora y media antes de que comenzara la prueba. Qué prueba iba a ser esa, seguro todos se arrodillarían nada más verlo pasar, podía sentir ya la lujuría con la que lo mirarían y la vergüenza que sentirían de sus propios cuerpos, escualidos comparados al suyo.

 

Un poco más y sería perfecto, un poco más y podría compararse con los mejores atletas del mundo. Tomó dos pastillas más. El efecto fue aun más pronunciado esta vez. Vio como su cabeza llegaba más alto que el armario, lo que le indicaba que había superado los dos metros de estatura. Ese fue el primer cambio, pero le siguió el resto del cuerpo que parecía incrementarse a cada segundo. Escuchó la tela rasgarse mientras sus brazos se hacían aun más grandes y fuertes, había visto a fisicoculturistas profesionales con biceps que no se comparaban a los suyos. Sus muslos dejaban ver cada fibra de músculo, su bulto era realmente obsceno, decidió sacarlo y una gran cobra de unos 30 centímetros asomó. Samuel tenía 18 años recién cumplidos y a juzgar por lo que veía debía ser el más asombroso atleta del mundo, quizá jugaría por diversión en algún club profesional, luego podría dedicarse también a otros deportes, americano, basquetball, atletismo, culturismo, natación, rugby, lucha. Sabía que tenía la capacidad para convertirse en campeón mundial de cualquier deporte que quisiera. No se podían comparar con él. Samuel era el hombre más perfecto, el más fuerte, rápido y atractivo... y aun quedaban muchas pastillas en el frasco.

 

 

El reclutamiento casi terminaba y el entrenador ya estaba decidido por sus jugadores de ese año. Casi todos habían repetido del año anterior más alguno nuevo que podía tener potencial si entraba lo suficiente. Aun quedaban dos pruebas más, pero creía que ya estaba cerrado en realidad.

 

El entrenador llenaba unos formularios cuando escuchó un murmullo de los demás jugadores, pronto notó que ese murmullo cambiaba a una especie de gritos de admiración.

 

-E..e... entrenador, vea... vea... eso.

El hombre salió de su oficina y se quedó boquiabierto.

 

En el campo estaba el más perfecto chico que hubiera visto nunca. El más alto de sus jugadores media 1.90 y ese muchacho que había llegado era mayor aun por al menos 30 centímetros. Sus piernas eran del tamaño de gruesos troncos llenos de músculo, el jersey que traía, desgarrado, revelaba un pecho gigante, cada pectoral era del tamaño del cuerpo de uno de sus jugadores. Sus brazos eran gruesos, fuertes, sabía que podrían doblar el travesaño con facilidad. Nadie se comparaba de ninguna forma a lo que esa bestia podía llegar a hacer. El cuerpo de ese muchacho exhalaba virilidad y fuerza. Volteó a ver a los otros jugadores y notó como muchos comenzaban a tocarse al verlo, se sorprendió a si mismo con su miembro duro y notó cómo la lujuría lo llenaba cuando vio el monumental bulto que coronaba la perfección del cuerpo del muchacho.

 

-¿C... cómo te llamas?- alcanzó a preguntar.

-Me llamo Samuel, vengo para que vean cómo es una leyenda.

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Me ha encantado. Si es un one shotm es algo muy bien hecho y escrito d una manera fenomenal. Si le continuas, espero con ansias la proxima parte y ver las proesas d Samuel

 

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Fantastico!. Entiendo que es de un capitulo, pero me dejo sabor a querer mas!

Tranquilamente podria hacerse una continuacion virada al Macro con un Samuel enceguecido por mas tamaño y en consecuencia quedando afuera de los equipos porque ya era demasiado grande para desempeñarse bien. Pero a el poco le importaba la palabra del entrenador que le pedia que pare, queria mas. Queria que todos lo adoren, ambicion de ser el humano mas fuerte y grande que haya existido, o algo asi jejej. Da! :P

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Muy entretenido. Tienes gran facilidad con la letra. Tus descripciones son muy detalladas y eróticas. Me encantan las historias donde el protagonista crece en altura además de ganar músculo. Espero leer más cosas tuyas. ¡Gracias!

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Gracias a todos, si está pensado como un one shot y a otra cosa. Tengo un par de ideas para otras historias cortas que quizá luego desarrolle, quizá me falte un poco encontrar algo suficientemente diferente para motivarme a escribirlas, pero ya veré.

 

Gracias de nuevo a todos.

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